Querida Karla,
Siempre he tenido claro que este día podía llegar, supongo, que como todo el mundo que sabe que la vida, al final, es un ciclo. Pero una cosa quizá, sea saberlo y otra muy distinta vivirlo. Jamás pensé que se iba a quedar tan grabado el día que nos dejaste. Sin embargo, lo más duro para mí no es recordar ese tipo de cosas, es pensar en todo lo que estoy viviendo y en qué dirías o qué comentarías con cada experiencia o acontecimiento que me sucede. Quizá, dirías “el mundo está loco”, “sabía que lo lograrías” o “me alegro mucho por ti”.
Pero qué te voy a contar sí sé que desde ahí arriba lo ves todo. Sabrás también que aquí no hay día o semana que no te recordemos y te llevaremos en nuestros corazones. Todos te echamos de menos aunque a veces nos cueste reconocerlo en voz alta. A mí me cuesta reconocer también, que me quedaron muchas cosas por hacer contigo, muchas visitas, viajes, meriendas y muchas anécdotas que contarte. Nadie habla de lo difícil que es saber que no vas a estar más o que no voy a tener más oportunidad de hacer todos esos planes que afloran por mi mente, contigo.
Aun así, sé que el tiempo, las anécdotas, las reuniones familiares, las risas, los abrazos y las noches que pasamos juntos, van a estar ahí para siempre, guardaditos en mi memoria, para hacerme mejor persona, para recordarme lo que es querer de verdad. También es un aprendizaje para tener presente cada día que tengo que aprovechar el tiempo con los que realmente quiero y aprecio.
Tengo la sensación de que se me queda una cosa más en el tintero: TE QUIERO. Es importante decirlo muchas veces durante la vida porque después te arrepientes. TE QUIERO, TE ECHO DE MENOS y te doy las gracias por hacerme mejor persona durante toda tu vida, aunque, sé que tus últimos años fueron una tortura, te retorcías por lo crueles dolores y yo, ahí frente a ti con el alma desecha de impotencia por no poder hacer nada por ti, observaba aquel episodio de tu vida que nunca comprendí.
Fuiste una gran guerrera, te empeñaste en hacerle frente a aquel inhumano suplicio si bien sabías que esta lucha la perderías, aun así te aferraste a la vida, sé que lo hiciste por mí y tus hijos y te lo agradezco en el alma, y te prometo que mi lucha por EL GRAN DESPERTAR DE LA HUMANIDAD no terminará con tu partida, por el contrario, tú me darás más fuerza porque ahora que estás allí en ese mundo justo lleno de luz, amor y comprensión, sabes que aquí abajo la estamos pasando mal por tanta injusticia, donde los poderosos siguen haciendo con la humanidad lo que ellos quieren.
Ahora entenderás mejor que yo tenía razón cuando decía que este mundo “era una mierda”, donde no había ni justicia divina mucho menos humana porque estábamos atrapados en las garras del mal.
«Adiós querida amiga, apenas te has ido y ya te extraño. Descansa en paz y no me olvides como yo te llevaré en mi recuerdo hasta el día que te vuelva a encontrar»