Los países nórdicos como los latinoamericanos gozan de un extenso menú de leyendas urbanas, probablemente, muchos de los personajes sean los mismos si bien con nombres distintos. Indudablemente estos místicos relatos basan su historia narrativa en historias contadas por nuestros ancestros y que al transcurrir de las épocas se han ido transformando en extensos relatos que han logrado sobrevivir el paso del tiempo, “dando vida” a películas y libros de carácter fabulesco y misterioso, que han tenido tremendo impacto de aceptación en los diferentes núcleos sociales de nuestro mundo moderno, como El Señor de los Anillos. En el fondo, todos los mortales queremos creer que no estamos solos, y que más allá de lo que nuestros sentidos perciben, hay algo más.
En el folclore de Europa del norte todavía sobrevive la mítica criatura del duende, este pequeño personaje procede de la mitología pagana germánica. En la mitología nórdica estas criaturas eran originalmente aunque de menor importancia consideradas como una raza de dioses de la naturaleza y la fertilidad. Los duendes son representados a menudo como hombres y mujeres jóvenes de gran belleza que viven en los bosques y otros lugares naturales. Longevos e inmortales y gozan de energías mágicas naturales.
Los duendes pueden ser clasificados en “duendes” y “elfos” las cualidades extraordinarias asociadas a los duendes se califican a través de los adjetivos elfo o elfin, que significa “mágico”. El vocablo elven se refiere a los duendes clasificados como humanos (se les dice así por su menor estatura, y son propios de la mitología vikinga) mientras que la f en “elfin” alude a los elfos minúsculos (asociados fundamentalmente al folklore del Renacimiento y del Romanticismo).
Los Duendes y elfos adquieren también los siguientes nombres:
-En Alemania: Elfen, Elben
-En Gran Bretaña: Addler (aunque el vocablo ha quedado obsoleto).
-En Países Bajos: Elfen, alfen, elven.
-En Dinamarca: Alfer, elvere, elverfolk, ellefolk o huldrer.
-En Islandia: Álfar, álfafólk y huldufólk (significa “gente que se oculta”).
-En Noruega: Alver, alfer o elvefolk.
-En Suecia: Alfer, alver o älvor (Älvor es también atribuido a las hadas).
Muchas personas nórdicas afirman haber visto duendes… Si tomamos en cuenta que el estado normal del hombre es la cordura resultaría discordante creer en estos relatos, hacerlo sería como dudar de su propia salud mental... ¿Quien, en sus cinco sentidos podría dar crédito a estas absurdas afirmaciones? Sin embargo, hay cosas que no se pueden explicar, ni hay forma de hacerlo… Por esto quiero compartir esta experiencia con todos los amantes de lo intangible que estén dispuestos aunque sea por un instante saltarse las normas de la coherencia.
Probablemente, muchos creerán que la fotografía que han visto es un montaje, ¡pero no lo es! La fotografía es real; esta fotografía fue tomada en Suecia el domingo 3 de octubre del año 2010 a las doce del medio día y no ha sido manipulada. Los matices del color original fueron cambiados con el único propósito de mejorar la imagen de la figura "femenina" que ustedes han observado. Para entender la fotografía es importante leer con atención la siguiente explicación:
En La fotografía aparecen dos siluetas, la numero uno es un “clon”, copia hecha con PhotoShop de la original con la finalidad de dejar la silueta al descubierto en un plano más visible, es decir, que la única figura que aparece en la fotografía original es la número dos. “El cuerpo de mujer” para mí sigue siendo un enigma, al ampliar la imagen obtuve la figura del “hombrecito” que aparece a la izquierda de las siluetas, posado sobre sus hombros, me explico: la cabeza y los hombros de la silueta “pertenecen al hombrecito”.
La figura femenina, digamos… que es una ilusión captada por la cámara y que no existe ? ? ?
Lamentablemente debido a la ampliación se mezclan los pixeles y colores y no permite ver bien la imagen del “duendecito” que según mis cálculos debe medir entre 70 y 90 centímetros de altura si tomamos como referencia la altura de la silueta (Este dato podría no ser exacto).
La figura femenina fue determinante, sin ella jamás hubiera descubierto “lo que el bosque ocultaba”. Lo que sí está claro que no se trata de una figura fantasmagórica aunque así parezca a primera vista. Yo lo definiría, como un fenómeno paranormal separado del mundo de los fantasmas. ¿Quizá… Una dimensión paralela a la nuestra?